viernes, 15 de octubre de 2010

Cusco




Poco queda de los incas en su ciudad capital del imperio. O mucho.
En realidad es poco de lo que llegó haber y mucho de lo que importa. En las piedras de su mejor arquitectura e ingeniería incaica se asienta la ciudad moderna o colonial, con sus soberbios balcones y tejasdos a dos aguas. Se llenó de iglesias cuando vino el español, y se respetaron sí el uso del espacio original: calles enredadas con muchos espacio abiertos y de uso público.

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